El deporte, un sostén para la paz

La paz emerge como un ideal histórico que está apoyado en la libertad, el amor, la justicia y la verdad.

Es un hecho conocido que la paz no se elabora solamente por tratados nacionales o internacionales, sino por la acción inmediata y efectiva sobre el conflicto. También es posible observar que muchas personas y organizaciones trabajan activamente para sostener la paz, la que se escurre de nuestras manos apenas nos descuidamos.

Una mirada sobre el mundo actual debería hacernos reflexionar, comprendiendo no solo el enorme malestar que existe, sino también impulsarnos a actuar en forma solidaria y constante.

He aquí una gran diferencia con el deporte, que en su seno acoge a todas las etnias, religiones, colores de piel, niveles sociales, sexos y edades. El deporte no discrimina.

¿Cuántos jugadores de diferentes nacionalidades aceptan de buen grado pertenecer al fútbol de diferentes países? En este sentido, ¿no es acaso el fútbol un deporte democrático?

Origen de los deportes

Todos los países del mundo han tenido y tienen alguna forma de deporte que, en muchos casos, sirve para conocer su cultura. En una importante investigación realizada por Stump, Cozens y Dunlap (1975) entre fidjianos y maoríes, se corroboró que los deportes han servido para desarrollar habilidades específicas, sostener reglas, recreaciones sociales personales, educar, mantener el honor de la nación, honrar a los ancestros, sostener las tradiciones, mejorar las pautas morales, propiciar a los dioses, mostrar el arte del cuerpo en movimiento, sublimar actividades competitivas, promover la comunicación, la lealtad y la solidaridad de las tribus.

¿Acaso estas pautas de conducta no podrían ser utilizadas por los deportes para contribuir a la paz?

Aquella investigación presentó una hipótesis discutible, desafiante y quizás utópica: ¿cuál sería la posibilidad de que algunos deportes, conocidos o por inventar en base a los ya conocidos, pudieran servir de medio efectivo para dirimir graves situaciones de conflicto nacionales o internacionales?

Es claro que esto requeriría de un profundísimo trabajo interdisciplinario. La institucionalización de comités nacionales de Deporte y Paz es ya una necesidad funcional urgente. Es un trabajo complejo pero no imposible. Solo se requiere una refocalización del sentido que el deporte otorga a nuestras vidas.

Juegos, deportes y trabajos

De acuerdo con una investigación propia de varios años, pude verificar que aquellas personas que han jugado en su infancia acceden con más facilidad a los deportes y a los trabajos posteriores. El antiguo dicho mens sana in corpore sano es más que una mera expresión conceptual. Y cuando decimos "mente sana en cuerpo sano", nos referimos también al cuerpo social. Un síntoma de mala salud social es la ausencia de deportes en su seno; es como un niño que no juega.

El deporte, con sus reglas, normas y ética, puede contribuir constantemente a mantener el frágil equilibrio de la paz, sostenido en base a acuerdos políticos que muchas veces no detienen las agresiones entre las naciones.

En el mismo fútbol se manifiestan agresiones que son proyectadas en el campo de juego, lo que posibilita asimismo la descarga del público, actuando como un "desinflador emocional", en el mejor de los casos.

¿Qué decir de los fracasos? Aun después del llamado "fracaso", se pueden aprender muchas cosas. Este concepto del fracaso mucho tiene que ver con la estructura social "culpógena" que no le admite al "perdedor" la caída de las ilusiones que fueron puestas sobre el equipo.

Líderes para la paz

En todos los deportes siempre existen líderes, y deslizo aquí la hipótesis de que un líder deportivo puede ser un paradigma para la paz, más que una hipótesis comprobable. También un líder musical puede hacer este "juego de paz".

Si algunas de las características de líder democrático —tal como aquel que posee iniciativa, es ético, ayuda a los demás a mejorar, estimula al grupo, es creativo, conforma unidades de trabajo, es solidario, flexible y consejero, adaptable a nuevas situaciones, enfrenta los conflictos buscando soluciones, soporta frustraciones y favorece el espíritu de cuerpo— se cumplen, constataremos que un líder deportivo posee una personalidad que puede desplegarse en otros aspectos de la vida, beneficiando a todos.

Javier "Pupi" Zanetti es un digno paradigma de líder al servicio de la paz.

De acuerdo con mi experiencia, todos los seres humanos somos líderes potenciales, sobre todo cuando nos motiva nuestra familia y el medio ambiente. Y un gran motivador es un Mundial de Fútbol, deporte social por excelencia.

¿Podría ser el fútbol un deporte que lidere, a través de sus mundiales, el encuentro entre países que, usando este deporte como instrumento, muestre hasta dónde es posible mantener el Bien Común, el bien más preciado de la Humanidad?


Jorge G. Garzarelli

Doctor en Psicología

Especialista en Psicología del Deporte

Universidad del Salvador

Email: [email protected]

2025

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