Paz – De la Educación en Democracia

 

De más en más la Educación es no solo reconocida como un derecho fundamental del hombre sino que lo es también respecto a la dimensión esencial para su desarrollo. Testimonio de lo anterior es la constante expansión que los sistemas educativos han alcanzado entre los años 1970 y 1980.

Tanto en Asia, como en el África, América Latina y el Caribe durante este período, los porcentajes de tasas brutas para las educaciones primarias y secundarias han aumentado con un ritmo sostenido que muestran tanto una demanda social mayor como una voluntad política más definida. En los años mencionados fueron movilizados considerables recursos tanto materiales como humanos y financieros, los que desde hace algunos años han sufrido, lamentablemente, una disminución general de ese ritmo.

El fantasma del analfabetismo acecha con porcentajes que aún no sólo asombran sino que preocupan a toda persona sensibilizada al sistema educacional. Setecientos sesenta millones de analfabetos en 1970, ochocientos catorce millones en 1980 es una tendencia que si se mantiene hacia fines del siglo XX generara novecientos millones de seres sin educación.

 

Ligados al analfabetismo encontramos la deserción escolar, la pobreza, la subalimentacion, los problemas sanitarios, de salud, de viviendas y el desempleo. La interacción de todos estos factores produce un cuadro estadístico desalentador, sobre todo en los países en vías de desarrollo.

 

La necesaria democratización de la educación no supone solamente la expansión de los sistemas educativos para que alcancen a mayores sectores sociales, sino que implica también una renovación de estructuras, métodos y contenidos en más cercana relación al medio ambiente en el que están inscritos.

Los prejuicios sociales imperantes son, la mayoría de las veces, las causantes de una reiteración de contenidos educativos que ya envejecidos no aportan ningún beneficio a los currículos habituales. De este modo, la enseñanza corre atrasada en relación a la cambiante realidad.

 

La actual historia de la educación lleva el sello de una búsqueda de nuevas estrategias en la revisión de la calidad de los estudios en los que, la democratización de la educación no solo presenta aspectos cuantitativos; su calidad es también parte esencial en el proceso de alfabetización.

Los esfuerzos realizados por los particulares se sustentan sobre ideas originales basadas en ejemplos y modelos tomados de la realidad inmediata. Cualquiera que sea la instrucción que se imparta debería gozar de la mejor calidad acompañando la evolución de las sociedades y a su vez, incentivando a las mismas en este proceso.

Hoy en día asistimos a progresos acelerados, tanto en técnica, conocimientos, estructuras y actividades que imponen en consecuencia formaciones más profundas y paralelas cuyo sello inicial no debería perderse. Ante esta situación es inevitable que se siga sosteniendo una Educación Permanente.

 

Muchos países están preparando sistemas educativos que le permitan al hombre encontrar un lugar adecuado para desarrollar no solo su vocación sino también sus actitudes, con lo que se obtendría una dinamizacion de su función en la sociedad en que vive; y esto es válido no sólo para los jóvenes sino también para aquellos adultos que aparecen como “jubilados del conocimiento” (Adultos y 3ra edad) sea por la razón que fuere.

 

El conocimiento no tiene limites de ahí que después de un período primario prosiga una educación secundaria, terciaria, universitaria y postuniversitaria (master, doctorados, etc) y aún así con el incremento constante de los procesos de adquisición se hace necesario continuar el aprendizaje de la formación personal.

 

Nuevos modelos – como la formación a distancia – de aprendizaje complementan a la escuela considerada desde sus inicios como el verdadero y básico elemento central de cualquier modo de educación.

 

El vencimiento de prejuicios basado en el mantenimiento del “status-quo” patrimonio de aquellas personas que por razones estructurales sostienen que todo esta dicho en materia de educación, es una tarea compleja pero inevitable para dar paso a la apertura del desarrollo educativo. Estos prejuicios las mas de las veces están basados sobre ese tan humano proceso defensivo de negación frente a lo “um-heimlich” (lo desconocido, lo extranjero, por lo tanto peligroso).

Es necesario que, quienes así operan puedan darse cuenta que la esencia del conocimiento forma parte de esa imagen impregnada al hombre desde el momento de su creación y que, en ese despliegue hacia nuevos horizontes esta la raíz de su libertad y trascendencia.

El hombre al saber de sí, de sus aptitudes, del otro semejante, del otro, de su grupo, pueblo, nación y continente, de su historia y tradición, de sus religiones y su ciencia, arte y política (la lista es demasiado larga e igualmente interesante), se abre a un mundo que le pertenece y que merece ser cuidado, respetado y acrecentado.

La relación armónica del hombre con su medio no solo es contemplada por la Ecología sino por todos aquellos procesos que promueven y mantienen la paz entre los pueblos. Una mente en equilibrio generalmente proyecta el mismo hacia su medio: una mente en paz produce Paz. Pero es un tipo de paz que contribuye a la creatividad en forma dinámica y sostenida. De aquí que Educar para la paz no solo es el soporte fundamental de la Democracia y la Libertad sino el imperativo de categoría ética insoslayable.

El universo interno y externo del hombre se parece en múltiples aspectos siendo dos caras de una misma moneda y para poder vivir en el mundo que habitamos y en el que nos propondrá el futuro, conocer la mayoría de sus intimidades (generalmente registradas en forma de teorías y leyes desde diferentes perspectivas) impone una educación exhaustiva y estratégica al alcance de todos.

Para estos fines una educación nacional, una vez determinados sus objetivos, contenidos, modalidades y naturaleza debería contar con la participación cooperativa en el orden internacional. De aquí que las promociones de intercambio cultural entre países de diferentes etnias sea un requisito fundamental para el progreso del conocimiento todo.

La capacitación docente, también en este sentido, permitirá suficientes niveles de eficacia en las políticas educativas, ya que son ellos –los docentes- los agentes de intercambio que dinamizan el acceso al saber. En este sentido el re-examinar los perfiles de formación de los educadores, es una tarea necesaria y urgente.

Se trata como puede verse, de un proceso de capacitación que debe ser asumido en forma de estrella en cuyas puntas puedan ubicarse todos los estamentos posibles de una sociedad que anhela crecer y desarrollarse armónicamente así como los puntos de urgencia para este desarrollo en lo referido a investigación y experimentación.

A tal efecto mencionamos aquí, en el apartado 38 de la segunda parte del informe las Comisiones-Unesco (12/20-4-1983):

Apartado 38: “Gran numero de delegados aludieron al problema de la falta de maestros calificados y con experiencia. Los principales puntos débiles citados fueron: conocimiento insuficiente del contenido de la educación internacional; falta de comprensión del alumno, sus motivaciones y necesidades; tendencias a concentrarse en cuestiones locales y nacionales y eludir los problemas internacionales; ineficiencia de sus programas previos al ejercicio de su carrera y a los programas en el ejercicio de la misma que ofrecían las instituciones de formaciones de maestros y las universidades que no preparaban de manera conveniente a los educadores y a otros tipos de personal docentes para que cumplieran su misión con eficacia y contribuyeran a la consecución de los objetivos de la Recomendación; inconvenientes en la esfera de la investigación y la experimentación, cuyo desarrollo adecuado sería indispensable para que la educación internacional pudiese tener las bases científicas y pedagógicas necesarias. En varias oportunidades se reafirmó el carácter global y la riqueza de los contenidos de la educación para la comprensión internacional, y se destacó que esta educación tendría que concebirse como una dimensión nueva del espíritu que impregne el proceso educativo en su totalidad”.

Y aquí consideramos que para que esta nueva dimensión del espíritu pedagógico adquiera un curso definido, la Paz –natural soporte de las instituciones democráticas – (las que ordenadas en base a criterios pacifistas promueven el desarrollo creador de las comunidades al servicio del progreso y de la vida), estrechamente vinculada a la democracia, merece tener un destacado papel en las currículas primarias, secundarias, terciaria y universitaria en lo formal y lo no formal.

Ambos criterios – Paz y Democracia – sostienen en su interior un proceso de solidaridad humana difícilmente de ser superado en la escala ética (synderesis) de cualquier sociedad.

 

2 opiniones en “Paz – De la Educación en Democracia”

  1. La sabiduría que nos viene del pasado transformada en mitos; la consciencia de los valores en el presente y hacia el futuro para sostener la paz, la solidaridad y el crecimiento personal y colectivo.
    El arte, el deporte, la actividad científica y el Amor, como las técnicas que mejor nos conectan con la vida y nos integran.
    Nos lo entregaste en tus producciones. Muchas gracias

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