LA VIOLENCIA CONTAGIOSA

El Derecho Humano al Deporte

 

Basta con recordar la historia de la Humanidad para cerciorarnos que la violencia imperó en el mundo desde su mismo inicio. El hombre siempre se tuvo que defender de los “ataques” de la Naturaleza y también del ataque de otros hombres. Los motivos fueron y siguen siendo los mismos,  pero que a la luz de los hechos actuales aumentaron, incluyendo las masivas  destrucciones del medio ambiente, consideradas necesarias para el desarrollo de la llamada civilización contemporánea.

Con los actuales  de comunicación, las noticias nos llegan en el preciso instante en que estos acontecimientos suceden y son tantos y variados que apabullan al “espectador”. Algunos llegan a hartar y producir indiferencia.  Otros afectan nuestra sensibilidad de tal manera que generan síntomas físicos y psicológicos de toda especie.

Cabe recordar que en toda la naturaleza incluyendo la del hombre, la agresividad es constitutiva y sirve para la sobrevivencia, mientras que la agresión es una forma de ataque al otro y la violencia la más degradante de todas, va contra grupos, instituciones, países y continentes.

El recorrido diario de la información mundial muestra que la violencia ya forma parte de una especie de subcultura que se insinúa como legal y en nombre de la que, los peores hechos de violencia están justificados en sí mismos.

Cuando leemos cualquier periódico, vemos televisión, escuchamos radio, y con relación a lo que ocurre en nuestro país,  la inseguridad, la polución sonora, visual, olfativa, a lo que se suman secuestros, robos,  violaciones, peleas ente grupos, etc. nuestra mente trata de asimilar este estado de cosas, con un alto perjuicio para nuestra estabilidad personal.

Nuestra Juventud

Si bien todas estas noticias antes estaban asociadas en mayor grado a las personas mayores, los niños, adolescentes y jóvenes,  como si fueran un espejo directo de la sociedad en que vivimos, han empezado a mostrar conductas agresivas tan graves que nos sorprenden por su forma y contenido. Maestros golpeados, compañeros heridos, armas peligrosas, escuelas tomadas, agresiones verbales y corporales, incorporación de drogas letales en sus fiestas,  etc.etc., forman parte de sucesos cotidianos ya considerados habituales.

Tan flagrante es la situación con los niños y adolescentes que el Ministerio de Educación ha comenzado a tomar “cartas en el asunto” y junto con la Universidad Nacional de San Martin han creado el Observatorio Argentino de Violencia en las escuelas. Por ejemplo en el país las estadísticas han mostrado que un 70% de los niños han observado agresión físicas, un 57% amenazas y lastimaduras, 52% robo de útiles o dinero, 37% la presencia de bandas agresivas, 19% alumnos con armas blancas y un 6% con armas de fuego. (1)

Comparadas estas estadísticas con los hechos de violencia en el deporte, éstos aparecen” como” con menor gravedad.

Nuestra pregunta es,  si en  el caso de nuestra niñez y adolescencia no se estaría reflejando al mismo tiempo y en forma directa un grado de adherencia e identificación con el entorno que los rodea. Un entorno social así incompatible con la salud integral del género humano.

Violencia contagiosa

Mirar  al mundo es sorprendernos  desagradablemente con una violencia estructural superior a nuestro entendimiento. Guerras injustificadas una y otra vez por parte de sistemas que se autodefinen como democráticos, pasiones religiosas que en nombre de la paz producen lo contrario, mutilaciones, hambrunas, huelgas, terrorismo,  violaciones a todo tipo de derecho, incluyendo el derecho a la vida,  son “el pan nuestro de cada día”. Si a esto le sumamos las catástrofes ecológicas, algunas naturales , otras producidas por el hombre, cuesta reconocer a nuestro planeta como un hábitat susceptible de vivir.

Frente a esto, existen muchos esfuerzos mancomunados por instituciones y ONGs. que actúan decididamente en contra de esta situación disruptiva  que también afecta profundamente  al deporte. Al respecto muchos han sido los artículos que hemos escrito en este medio con relación a la violencia en el deporte, considerando que la misma es un reflejo de nuestra sociedad.

Por supuesto que hay deportes en los que la violencia no aparece por las características de los mismos  y cantidad y calidad de público asistente. Ejemplos de ellos son la natación, el golf, la esgrima, el  yatching, tenis, jockey, vóley, aparatos, gimnasia artística, etc.

El futbol por ser el deporte más masivo y popular  de todos los conocidos, permite la emergencia de los peores instintos grupales vertidos en las “barras bravas”, aquellas que son rechazadas por todos, jugadores, referees, directores técnicos, socios, instituciones deportivas  y público en general.  También y de acuerdo a estas características la emoción y la alegría forman parte de su estructura que motivan a su continuidad y permanencia.

Que el futbol como todo deportivo masivo puede ser “continente”  de los mejores sentimientos humanos es cierto, tan cierto como que la violencia generada por sociedades injustas lo afecta en forma directa desvalorizando la esencia del mismo.

Para considerar más directamente el pensamiento y sentir de nuestros ciudadanos hemos realizado una encuesta libre, abierta y anónima entre 120 personas de ambos sexos de Capital Federal, quienes respondieron a:

Los deportes perjudican a la sociedad? – Es nuestra sociedad violenta? – Es el futbol violento?

A la primera respondieron un 95% con no y un 5% con no sé. A la segunda un 75% afirmativo, un 20% negativo y un 5% no sé. A la última un 60% en forma negativa, un 30%  en forma positiva y un 15% no sabía.

Algunos añadieron que la sociedad argentina tal como la mundial presentaban características violentas más profundas y constantes, no solo en su estructura sino volcando la misma en los espectáculos masivos.

A esta altura de las encuestas realizadas y de todos los hechos provenientes de los medios de comunicacion,  bien se puede inferir  que el epifenómeno de la violencia está inserto en las estructuras sociales y que algunos  deportes, sufren las consecuencias de este colapso en las relaciones humanas actuales.

De los programas de prevención de la violencia en todos los ámbitos, dependerá  la seguridad y la salud de todos los pueblos y la supervivencia armónica de los deportes que forman parte indisoluble de sus culturas y de sus derechos fundamentales.

 

  • Fuente: Ministerio de Educación

Jorge G. Garzarelli – ph.D.  Psicòlogo. Profesor Emérito de la Universidad del Salvador y del Círculo de Periodistas Deportivos. Diputado del Parlamento mundial por la paz y la seguridad entre las naciones. Embajador honorario de Admir (American diplomatic misión for International relations)

E-mail: jorgegarzarelli@hotmail.com

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