Mensaje de su Santidad Juan Pablo II

Mensaje de su Santidad Juan Pablo II para la Celebración de la “Jornada de la Paz” el 1ro. De Enero de 1981

(Conceptos vertidos por Juan Pablo II)

Para servir a la Paz, respeta la Libertad

La paz posible pero es una conquista continua, un bien que deber ser realizado mediante esfuerzos renovados sin cesar.
Cada día el ideal de la paz debe ser traducido en una realidad concreta por cada uno de nosotros.
Según Juan XXIII la libertad es uno de los cuatro pilares que sostienen el edificio de la paz.
Pilares de la Paz son:
LIBERTAD
JUSTICIA
VERDAD
AMOR
La libertad responde a una aspiración profunda y generalizada del mundo contemporáneo.
Pero …
La libertad es herida cuando las relaciones entre los pueblos se fundan sobre el derecho del más fuerte.
La libertad es herida cuando se obliga a las pequeñas naciones a alienarse con las grandes.
La libertad es herida cuando el diálogo entre compañeros no es posible a causa de dominaciones económicas.
No hay verdadera libertad – fundamento de la paz – cuando los poderes están concentrados en manos de una sola clase social, de una sola raza o de un solo grupo.
La libertad verdadera no existe cuando es degradada por el terrorismo, asesinatos, torturas, desapariciones y exilios.
Tampoco existe libertad cuando no hay empleos realmente remunerados o personas sometidas a servidumbres y esclavitudes deplorables.
Tampoco la libertad es posible cuando se les indica a una sociedad que se debe guiar por el dogma del crecimiento material indefinido, y cuando son excluidos del texto social todos aquellos hermanos que no cuentan con todas las posibilidades corporales e intelectuales que algunos poseen.
Pero al lado de estos graves ejemplos hay un mundo contemporáneo que busca la paz en la libertad. Seres humanos que están dispuestos a los esfuerzos y aún a los sacrificios que este empeño exige.

La libertad en su esencia es interior al hombre, connatural a la persona humana, signo distintivo de su naturaleza.
La libertad es una dignidad otorgada por Dios y que orienta al hombre hacia el. La libertad constituye de este modo un derecho fundamental. Ser libre, es poder y querer elegir, es vivir según su propia conciencia.
Siempre que el hombre elija en libertad, elegirá para el Bien Común. Bien común que contendrá a los valores de la libertad en tanto libertad religiosa y de conciencia. Esta libertad invocada por la Declaración Universal de los Derechos del hombres y las convenciones internacionales, se funda en la justicia para todos por igual.
La libertad no es solo un derecho que se reclama para uno mismo sino que es un deber que se asume cara a los otros.
El documento nos previene sobre ciertas caricaturas de la libertad, tales como proyectos que no buscan la libertad en si, sino una forma falsa. El por que de las enormes zonas de pobreza, de desnutrición, debería buscarse en las fuentes de aquellos países que se benefician a costa de otros. Libertades desarrolladas solo en mera apariencia.
Una libertad basada solamente en una posición materialista rehusa a los hombres el ejercicio de su derecho de asociación, no permitiéndole participar en la vida publica, negando su acceso al tejido social.
Tampoco una verdadera libertad es aquella promovida por una sociedad permisiva que confunda libertad con la licencia de hacer cualquier opción y que proclama la libertad bajo una especie de amoralidad. Semejante actitud es la destructora de la libertad y de la paz.
El respeto a la libertad de los pueblos y de las naciones es una parte integrante de la paz.
Todos los continentes han sido testigos y víctimas de guerras hasta tal punto que se puede uno preguntar si las mismas no forman ya parte de un dato normal de nuestra civilización.
Sea cual fuera la razón, estas guerras contienen unos elementos de injusticia, de desprecio o de odio y de atentado a la libertad.
En este contexto Juan Pablo II insta a que se ayude a las naciones jóvenes o en vias de desarrollo a alcanzar el verdadero dominio de sus propias riquezas.
La mejor garantía de la libertad y de su realización descansa en la responsabilidad tanto de pueblos como de personas, ya sea su despliegue en forma individual, nacional o internacional.
La libertad no es algo que se regale. Debe ser conquistada sin cesar.
No se hace libres a los hombres sin hacerlos al mismo tiempo mas conscientes de las exigencia del Bien común y mas responsables. Para ésto es necesario hacer surgir y reforzar el clima de confianza mutua entre personas y pueblos y naciones.

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